La industria automotriz está experimentando la mayor agitación de su historia. Pascal Brier, Vicepresidente Ejecutivo del Grupo Altran, arroja luz sobre las cuatro grandes tendencias del coche del futuro: eléctrico, autónomo, conectado y con una arquitectura completamente nueva.
Un tsunami tecnológico ha estado impulsando la industria automotriz durante la última década. Los patrones tradicionales han estado explotando a medida que la revolución digital lleva a reinventar toda la arquitectura de hardware y software en los vehículos.
Puede ser que dentro de unos años, un coche no se parezca en nada a los de hoy. «Este desarrollo será por etapas: empezamos sin pies y luego lo hacemos sin manos y eventualmente sin ojos.» dice Pascal Brier.
En opinión de Pascal Brier, Vicepresidente Ejecutivo del Grupo Altran y responsable de la innovación, es una tecnología disruptiva. El coche del futuro está en camino. Aquí están sus principales características.
El coche eléctrico fue el primer fenómeno de transformación de los coches. La primera vez que fue introducido, los expertos llegaron a una previsión: un uso específico, por ejemplo, para el transporte público.
Superando las predicciones, los coches eléctricos están emergiendo lentamente como un elemento imprescindible en todos los segmentos del mercado.
Ahora tienen numerosas ventajas tecnológicas y sus supuestas debilidades históricas, como la autonomía (600 km para el último Tesla, por ejemplo) o el rendimiento en carretera, ya no se aplican.
Estas innovadoras tendencias se han visto reforzadas en gran medida por las obligaciones ambientales de reducir las emisiones de partículas y de gases de efecto invernadero. En los años venideros, los motores híbridos o eléctricos cada vez más potentes sustituirán gradualmente al tradicional motor de combustión interna.
El automóvil autónomo
Es la revolución más espectacular. Mañana, los coches podrán prescindir de sus conductores. «Este desarrollo se hará por etapas: empezaremos sin pies y luego lo haremos sin manos y eventualmente sin ojos», dice Pascal Brier. Las dos primeras etapas ya han sido completadas.
El control de crucero existe desde hace varios años: los conductores pueden fijar una velocidad de crucero y quitar los pies de los pedales. Y algunos coches ofrecen ahora sistemas de asistencia al conductor que permiten retirar las manos del volante en situaciones específicas como en los atascos, o al aparcar, etc.
¿El siguiente paso?
Un 100% de autonomía. Los ingenieros están trabajando para sustituir los ojos humanos por una multitud de cámaras, sensores y láseres que reproducirán el entorno en 3D y permitirán al vehículo tomar decisiones de navegación en solitario.
Popularizado por Google y su famoso coche Google, la mayoría de los fabricantes han comenzado a buscar la autonomía y actualmente están en la fase de realizar importantes pruebas en las carreteras. «Los coches se están convirtiendo en un lugar separado para el consumo de servicios», dice Pascal Brier.
El coche conectado
El coche del futuro estará totalmente conectado con los objetos… ¡Y los humanos! De hecho, para ser autónomo y tomar las decisiones correctas, los coches deben ser capaces de intercambiar una variedad de información con el mundo exterior: tráfico, clima, estado del vehículo, estaciones de servicio, accidentes, etc.
Eventualmente, a través de varios sensores, será capaz de comunicarse con otros vehículos pero también con la infraestructura (carreteras, edificios, etc.).
Además, los pasajeros dispondrán de numerosos servicios en línea: Wi-Fi, nube, medios de comunicación, entretenimiento, etc. En opinión de Pascal Brier, esto supone un cambio total de paradigma.
Imagínese: un viaje de varias horas se convertirá en una oportunidad para responder a sus correos electrónicos, ver la última película estrenada en los cines o enviar por skype a un amigo al otro lado del planeta.
Un nuevo método de fabricación
El último gran cambio concierne a la propia industria. Las fábricas de mañana no serán nada como las de hoy. Toda la arquitectura de hardware y software del coche está en proceso de ser rediseñada.
Por un lado, la carrocería está cambiando lentamente para incorporar nuevas tecnologías – como materiales compuestos ligeros y de impresión en 3D.
Y por otro lado, para asegurar la conectividad y el alcance del vehículo, numerosos dispositivos inteligentes tendrán que ser conectados e integrados – incluyendo computadoras, cámaras, centros de infoentretenimiento, etc.
Esto significa revisar completamente la arquitectura electrónica del coche. Pascal Brier piensa, «estamos pasando de un coche «cableado», a una arquitectura de red completamente separada que tiene la forma de un vehículo».
Para concluir, el coche del futuro, construido según un nuevo modelo, será eléctrico, autónomo y conectado. Aportará una serie de beneficios a la sociedad: menos contaminación, más seguridad, más tiempo libre y servicios.